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VÍCTOR Y SU CANTABRIA

 

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LA GARGANTA DE LA HERMIDA

CALDAS UNE LAS CUENCAS

 DEL DEVA Y DEL NANSA

El desfiladero de la Hermida, que el Deva parece empeñado en socavar más y más con su tozudez de río, se abre profundo y tortuoso, a lo largo de veinte kilómetros, entre la localidad asturiana de Rumenes, cerca de Panes, y la de Castro, situada a su término en el municipio lebaniego de Cillorigo. A mitad del recorrido está el lugar del que toma su nombre la ímpresionante garganta; La Hermida. La ruta discurre jalonada, en las alturas, por fantasmagóricas agujas calizas, oprimida por paredes rocosas verticales, canchales y derrumbes amenazantes, taludares y torrenteras espumosas, que prestan a la gran hendidura geológica un fascinante e inolvidable aspecto.

El propio río, en su empeño de abrirse paso hacia el mar, sortea como puede obstáculo tras obstáculo, surgido de un lecho o interpuesto en sus riberas, haciendo mil y un requiebros.

Han sido muchos los escritores que, atraídos por esta ruta, han dedicado al desfiladero párrafos de admiración en sus obras. Amós de Escalante, el lebaniego Llorente Fernández. Amós de Escalante, en las paginas de su obra "Costas y montañas", ofrece esta visión del desfiladero; " El ruido de la piedra que se desgaja de la montaña abajo, el salto de la trucha en el agua, estremecen y despavorizan, y más si al pasar sabéis que un pozo opaco y sombrío se llama el Pozo del Infierno.

Benito Pérez Galdos, en sus "Cuarenta leguas por Cantabria", se siente atrapado por el panorama:"Llaman a esto Gargantas; debiera llamársele el "Esófago de la Hermida", porque al pasarlo

se siente uno tragado por la tierra. Es un paso estrecho y tortuoso entre dos paredes, cuya alta cima no acierta a percibir la vista. El camino, como el río, va por una gigantesca hendidura de los montes resquebrajados. Parece que ayer mismo ha ocurrido el gran cataclismo que agrietara la roca, y que de ayer a hoy no han hallado las dos empinadas márgenes su posición definitiva. Todo se mueve allí como si no tuviera base. La vista no puede convercerse de que aquellas íngentes baldosas que se han puesto de pie, puedan permanecer así mucho tiempo. Allí el pánico que precede a los grandes desplomes es permanente, y el viajero anda  en perpetuo susto, viendo una cordillera suspendida sobre su cráneo.

Cossió halló portunidad, en su libro "Rutas literarias de la Montaña", para ofrecer su impresión del desfiladero "Los Picos de Europa cierran como colosal barrera todo acceso a Liébana hacia el Norte. Pero el Deva tenía que abrirse paso hacia el mar, y en su busca abrió brecha en la muralla en íncreible cataclismo geológico, y logró salida horadando peñas, derrumbando montañas, arrastrando cudones, desgajando lastras".

LA PALABRA "HERMIDA"

Dicen algunos estudiosos que la palabra Hermida no es sino una corrupción frecuente, que trastoca la uve en unos casos, y la be, en otros, en eme. Esa alteración linguistica dejó probablemente en Hermida lo que sin duda fue, en un principio La Hermida o hervidero de agua, palabra que se conserva para los manantiales de agua calientes que proiciaron la instalación  del balneario del lugar, avalan esa hipótesis. Fue ese lugar, donde el río y la hoz parecen tomarse un respiro, quien dio nombre al colosal accidente geográfico. Pero, desde de 1833, el desfiladero de La Hermida dejó de ser totalmente cántabro, para convertirse en cántabro-astur, por efecto de la separación del Ayuntamiento de Peñamellera con el de Riodeva.

PEÑAMELLERA

Desde aquel año, esta garganta u hoz que encajona al río Deva, es territorio de Asturias, en su primer tramo, hasta Urdón; y , de aquí a su final en Castro-Cillorigo, de Cantabria. Los Ayuntamientos de Peñarrubia y el  lebaniego de Cillorigo tienen, por parte cántabra, jurisdicción territorial en el desfiladero.

LOS CAMINOS

 La carretera tuvo, en principio, mucho que ver con las actividades mineras que se desarrollaban en el macizo oriental de los Picos de Europa, en la llamada zona de Andara, o macizo minero, puesto que la empresa explotadora, La Providencia, hubo de abrirse paso por Urdón y Bejes, para hacer llegar a los centros índustriales el preciado tesoro arrancado, en aquellas alturas a los yacimientos de plomo, manganeso, cobre, cinabrio y mercurio

Actualmente, esas dos vias abiertas por las actividades mineras dan acceso a Tresviso desde Urdón. Son siete Kilómetros de espectacular y no fácil escalada. Para llegar a Bejes hay que hacerlo por una pista de reciente construcción, partiendo desde el mismo pueblo de la Hermida. En Urdón, en la misma confluencia del río de este nombre con el Deva, se alza una central de Electra de Viesgo para el suministro eléctrico de la zona.

Pero la vía principal que comunica con la del Desfiladero procede de Puentenansa; o parte de La Hermida en dirección Este, a traves de los valles de Peñarrubia y Lamasón, sobre una distancia de treinta kilómetros, en medio de un paisaje espectacular. El pintoresco lugar de Las Caldas queda encima,sobre la propia hoz, en la primera remontada del camino. Es, no obstante el lugar de La Hermida, en el corazón de la gran quebrada, y el de Lebeña, al término de la misma, los dos únicos que encuentra el viajero que por esa ruta se adentra, ambos de gran tipismo y de indudable interés desde el punto de vista histórico y monumental.

EL PUEBLO DE LA HERMIDA

En La Hermida se alzó en 1881 un magnífico establecimiento balneario, estación termal de la que escribía. Amador Rodrígo de los Rçios: Son sus aguas clorurado-sódicas, sólo interiores en termalidad a las de Las Caldas de Montbuy entre todas las de España". Aguas que proceden de cuatro manantiales, con temperaturas de 61 grados centígrados en tres de ellos, y de 50 grados en el restante. Las ruinas de ese edificio hablan allí, a la orilla del Deva, de lo efímero de su existencia. Para no hemos de irnos de la Hermida sin echar un vistazo al entorno a los pequeños bancales de su huerto, a la cueva sobre la carretera donde se halla entronizada la Virgen de la Luz, al río y su mirador...Y recordar una curiosidad los habitantes del lugar, tan solo disfrutan del sol que logra penetrar la umbría de la garganta entre los díad 28 de marzo al 26 de octubre. Todo ello si las nubes, allá arriba, no lo impiden.

LEBEÑA

Parece la hoz tomarse un respiro en Lebeña, tras su largo peregrinar entre roquedos y río, para contemplar allí el paisaje abierto y sobre todo la iglesia que la preside; la de Santa María de Lebeña, ejemplar mozárabe del siglo X, joya de la arquitectura prerrománica cántabra, consagrada a nuestra Señora de Guadalupe. Este templo fue fundado el año 925 por el conde Alfonso y su mujer Justa.

Los especialistas de arte aseguran que en Lebeña está sintetizado, de alguna manera, el arte mozárabe, por detalles tales como el pilar compuesto cruciforme, la concepción del espacio en tramos de diversas alturas y la factura magnífica de capiteles y canecillos.

La talla de la Virgen es del siglo XVI. La torre, exenta y cuadrangular, se construyó a finales del siglo XIX.

RÍO DEVA

No sería justo pasar por La Hermida sin dedicar al río unos párrafos siquiera, no sólo por su labor excavadora de siglos, sino por la belleza que ímprime al agreste paisaje. El "Río de Eva", con nombre de Paraiso, nace en los parajes lebaniegos de Fuente De, y de su protagonismo en todo el recorrido dan buena cuenta los manantiales que nacen a sus orillas, con propiedades termales inalterables, o la ríqueza hidráulica de sus afluentes; el Besaya y el Urdón. Esta corriente fluvial histórica, desde que en ella perecieran las huestes musulmanes que lo bordearon por Subiedes, ha supuesto además una riqueza piscícola importante para la región. A sus riberas llegan en la temporada de pesca de trucha y salmón pescadores de todos los rincones de España.

Hay lugares de pesca muy conocidos, con nombres tan sugestivos como "EL Infierno", "Las Lágrimas de San Pelayo" -`porque por tales se tienen unos enormes peñascos caidos sobre la corriente-,"El Matadero", etc...

Cerca del pueblo de La Hermida, un mirador que preside un salmón de bronce habla de esta ríqueza de las aguas que a sus pies corren; y en cada rincón, un remanso, un torbellino, una breve cascada....ponen la nota sublime a la belleza de este paisaje único.

Mann Sierra

pasado por victoriano castañeira oporto