(PAGINA PRINCIPAL FOTOS CANTABRIA)       fotoscantabria@yahoo.es   webcam Fuente De y meteorología  Playa del Sardinero.

VÍCTOR Y SU CANTABRIA

 

Patrocinado por BODEGA EL ABUELO TEJA (VISITA SU PÁGINA clic)

 

 

JOSÉ MARÍA DE PEREDA

En este nuevo reportaje que ahora escribo he querido hacer un poco de historia sobre un personaje al que su historia ha estado muy ligada a nuestra comarca por haberse inspirado en ella para escribir la novela que mejor la describe. "Peñas Arriba".

Desde que hace muchos años en que leyese por primera vez, (y digo por primera vez pues desde entonces son muchas las veces que las que lo he releído) pienso en lo mucho que Pereda pudo llegar a sentir y querer a ésta tierra nuestra de Cantabria. Pereda se sabe que solo pasó uno o dos días alojado por invitación de sus dueños en la Casona de Tudanca, y a partir de ahí fue tal su impresión de éstos valles y éstas montañas que decidió escribir una novela llega a Tudanca para hacerse cargo de la herencia y obligaciones que su tío Don Celso pretende depositar en él, cree que el mundo se le abre bajo sus pies, su llegada en ferrocarril a Reinosa procedente de Madrid, donde ha vivido toda su vida, y la terrible cabalgada desde la estación de ésta Villa hasta Tudanca, acompañado por el fiel criado de su tío que lo había enviado a espararlo, le parece terrorífica, las preguntas que dirige al fiel Chisco interesándose por lo que va viendo, tanto de alturas como por los ríos que nacen entre aquellos riscos, son apenas constestadas por éste, que se siente bastante cohibido ante aquel señorito que hace de guia. Marcelo procura mantenerse en su cabalgadura por los tremendos barrancos y por la imponente mole de el "Peñón de Bejo", mas intuido que apenas visto, y que le van acercando al pequeño pueblo sn su tío lo espera es la vieja "Casona" pensando que aquella cabalgada no acabará nunca. Cuando digo que Pereda tenía que tener un gran cariño por su tierra, o un fuerte orgullo de ser montañés, lo demuestra lo mucho y bien que supo retratarla en sus novelas, desde ésta de "Peñas Arriba", en la que describe la vida mas montaraz, hasta Sotileza en la que relata la vida de unas gentes de mar, las ricas y pudientes que habitan en la mejores casas de los muelles, con sus importantes fachadas de enrejados balcones y grandes ventanales y miradores, hasta las míseras viviendas de los pescadores de la Puebla Alta donde la incultura y la miseria eran caldo de cultivo para toda clase de envidias y maledicencias,-como los falsos testimonios de las dos vecinas madre e hija,- envidiosas del cariño acogemiento que los padres adoptivos de "Sotileza" le tenían, descargaron en esta todas las frustraciones de una vida miserable preparándole la encerrona en la que solo buscaban despretgiarla públicamente atacando su honradez y buen hombre. Pero entre estos dos extremos en los que José María de Pereda nos decribe las vidas de unos personajes tanto de mar como de montaña, podemos encontrarnos con otros protagonistas de sus novelas igualmente relatados con todo el conocimiento y realismo con el que retrataba el transcurrir de sus vidas, igualmente si estas se ambientaban en el campo o en la ciuda, los mismo si eran de mar o se trataba de la montaña. "La Puchera" "El sabor de la tierruca" o el mismo "Peñas Arriba" nos relatan temas rurales con el mismo realismo que le daba el conoce muy bien lo que trata en sus escritos. Pero igualmente los temas urbanos los conoce muy bien, y los personajesque nos describe tampoco le son ajenos, "Don Gonzalo Gonzáles de la Gonzalera" "El buey suelto" "La montalvez" o "Pachín González", muy real y mucho mas pegado al mar, a los muelles, como la propia "Sotileza", son otros tantos relatos en los que están reflejados muy claramente los personajes de nuestra tierra. Sin embargo Pereda no es ni muy de mar, ni muy de montaña. Nace en Polanco, de familia hidalga, se relaciona con lo mejorcito de la época, Amós de Escalante, Menéndez Pelayo o Pérez Galdós que aunque no es cantabro de nacimiento siente un cariño y un apego muy especial por nuestra, en la que pasó gran parte de su vida, y en la que escribió también parte de su gran obra "Los Episodios Nacionales". Y aquí haciendo un inciso diré que para vergüenza de quien corresponda, nunca se le dio el lugar que debía de tener, aunque no fuese más que por el honor que éste gran personaje nos hizo a todos los cántabros al querer pasar una parte muy importante de su vida en nuestra ciudad, y ser aquí donde quiso vivir, y donde escribió lo más importante de su obra,-En el estreno de "Fortunata y Jacinta" sin ir mas lejos, los propios Reyes Don Alfonso Y Doña Victoria presidieron el palco Real.- Y tan importante fue para el Santanque que como digo aquí mando construis su casa. La casa yo no sé que habrá sido de ella, si el abandono la habrá derrumbado como a tantas otras, o si pasó a manos particulares. Esta casa que podía haber sido un museo dedcado al gran escritor, seria hoy visitado por personajes de cualquier parte del mundo que le darían un gran prestigio a nuestra provincia. En fin no sirve de nada lamentarse de lo que pudo ser y no ha sido, por suerte nos queda para recordarlo el paso que tiene su nombre en una de las zonas mas bonitas de la ciudad y que se inicia en un punto de la Avenida de la Reina Victoria. El paseo de Pérez Galdós. Como digo fue muy amigo de Pereda, y fue también éste quien le dio a conocer a un viejecillo que se paseaba por Santander y al que Pereda describía como, -de pequeña estatura muy locuaz gallego para mas señas, apellidado Galán, ataviado con chistera y levita muy anticuadas, y que era ni mas ni menos que el último superviviente de la batalla de Trafalgar, en la que este personaje había sido grumete en el navío Santísima Trinidad, (reportaje de J. P. San Román, en la revista de Cantabria.) Para Galdós este personaje fue todo un descubrimiento y de el pudo saber de primera mano numerosa documentación para su Obra "Los Episodios Nacionales". No ha estado nuestra tierra falta de nombres ilustres pues además de los nombrados la lista sería interminable. Siguiendo cn nuestro personaje, nace en Polanco y es el menor de 22 hermanos. Sus padres se casaron muy jóvenes, su madre era casi vecina de nuestro municipio ( desciende su familia de Pesués) tenían 15 y 18 años, sin embargo pasaba ya su madre de la cicuentena cuando nace el último de sus hijos, José María en 1833. Se llama su padre Juan Francisco de Pereda , y su madre Bárbara Sánchez de Porrúa, una mujer muy culta, y esta parece ser dejo una gran huella en la educación de sus hijos. Después de hacer este rápido recorrido familiar sacado de lo escrito por sus biógrafos, me quiero centrar en el libro que mejor ambienta nuestra Mancomunidad. "Peñas Arriba". Seguro que ni en el mejor de sus sueños habían pensado en los antepasados de Don José María de Cossio, que su pueblo de Tudanca, y concretamente su famosa "Casona" seria hoy mas conocida y visitada de lo que fe en vida de el Seños que la habitaba en la novela de Pereda, y ¡quién le había de decir a aquél Don Celso que temía morir pensando que auqel patriarcado y aquella hacienda que el había heredado y mantenido durante toda su vida se acabaría con él! pues hombre viudo y sin ningún hijo que le sobrevivió, solo le mantuvo la esperanza, (muy escasa por cierto) de que aquel sobrino, hijo de su hermano, y que al contrario que el, que nunca quiso salir del solar de sus padres en Tudanca, salió muy joven a estudiar, y concluidos sus estudios prefirió una vida en la capital en la que sus oportunidades serían mayores para ejercer su trabajo, y así, casado y con los hijos que le nacieron, solo regresaba al pueblo de sus padres muy de tarde en tarde. Y en uno de estos sobrinos era quien Don Celso depositaba la uy tenue esperanza de que pudiese ser el continuador de su obra. La novela sigue con la muy dificil adaptación del joven Marcelo hecho a una vida de comodidades y lujos de la gran ciudad. Todo le parece pobre, triste y oscuro, desde luego su llegada a Tudanca no puede coincidir en peor época, el invierno está encima, el pueblo para el es casi intransitable, las pocas salidas que realiza desde la Casona de su tío le enfrentan a personajes que para él, señorito de la capital, le parecen de lo mas insulsos, toscos y simplistas, solo la compañís de Neluco Celis que ejerce de médico en aquellos pueblucos, (pues él mismo es nacido en uno de ellos aguas abajo, Rozadio), le distrae un poco acompañándole en sus cortos recorridos por el pueblo, le presenta a las gentes que se van encontrando, le habla de sus familias, de sus costumbres, de sus circunstancias, de los usos y modos de vida, todo ello con la sana intención de que poco a poco aquel aburrimiento y aquella tristeza que lo atenaza en éste perdido valle entre montes y desenpañederos le resulte cada día un poco mas tolerable, como el relato se haría muy extenso, pues la novela es rica en personajes, describiré en un resumen los aontecimientos más destacados. La caza del Oso en la cueva de los altos puertos, tan brava como peligrosa, descrita en un realismo brutal, - por cierto que aunque parezca una escena muy condenable hoy en día, esta práctica, no olvidemos que en la época en que está ambientada la novela los osos eran muy numerosos en nuestros montes.- La excursión con el cura del pueblo Don Sebas, parco en palabras pero que se transforma cuando hacen las subidas a las mas altas montañas en las que le habla que aquellas grandiosidades y en las que su locualidad se vuelve poética diciéndole ¡¡Mira Marcelo, mira hijo mío que hermosura!! contempla desde éstos altos la grandiosidad de la Obra de Dios. Estas alturas creo que eran desde lo mas alto del Pico Tresmares, y las salidas desde Tudanca de madrugada y en cabalgaduras, qué, aunque muy acostumbradas a los vericuetos de los montes hacen que tenga el cuerpo derrangado cuando regresa por la noche a la "Casona". Con Neluco Celis hace otra de las salidas y ésta de las que mas complacería a Marcelo por lo mucho que le importa el personaje que el medico le quiere presentar, ésta excursión también la hacen en cabalgaduras, y también hacen la salida de Tudanca por montes y montañas pero en ésta ocasiónnn para llegar a la hacienda de un buen amigo de la familia de su tio y visitador ocasional de la "Casona" se trata de Don Angel de los Rios, personaje real aunque aparezca novelado en "Peñas Arriba" Pereda lo describe como un hiidalgo de un antiguo linaje y gran sabiduría e inteligencia, muy venido a menos en dineros pero de muy rica hacienda en Proaño, pueblo de Campoo donde la enorme casona, y torre mediaval hoy es visitada por su gran importancia (este personaje es conocido también como el sordo de Proaño). De estas excursiones y otras que hace el por su cuenta, como la que le lleva a aguas abajo pasando por todos los pueblos que surgen a una y otra orilla de la cuenca del Nansa, también relata sus impresiones y cómo al llegar al final del río en su salida al mar en Tina Menor, siente el tremendo impulso de escapar en el ferrocarril que por allí pasa en la estación de Pesués, se sobrepone a aquel impulso y regresa a Tudanca esta vez aguas arriba. De todo estos viajes da cuenta a su tío en la tertulia que junto a los vecinos que cada noche acuden a la "cocinona" de Don Celso, y que es un lugar donde además de la charla, cada vecino suele llevar algún quehacer, albarcas, cebillas, cachabas, cualquier apero que sería muy necesario en la vida diaria. Don Celso no llegó a ver ésta primavera, ni tampoco éste verano en el que Marcelo declaró su amor a Lituca, ni la transformación que hizo del viejo caserón para adaptarlo a los nuevos inquilinos que lo habían de habitar de ahora en adelante. Con los años Marcelo deja constancia de la vida que siguió y que fue tan serena y feliz como él mismo relata al acabar la novela.- Han pasado algunos, bastantes años desde que ocurriesen estos sucesos hasta la fecha en que los recuerdos con el único fin de distraer la nostalgia de aquel vendito rincón de la tierra del que me apartan muy contados meses que para mi son un gran sacrificio, por que tan cabal, tan intensa, tan continua ha sido mi felicidad en éste tiempo, que a veces me espantan los temores de que no hala sido mi gratitud tan grande como el beneficio recibido y un día me hiera la justicia de Dios en lo ue mas amo para recordarme lo mucho que le debo.- Así termina la novela "Peñas Arriba" pero la "Casona y sus recuerdos siguen ahí para quien quiera conocerlos".